Visitando la Hacienda Santa Teresa " Hacemos Ron, Jugamos Rugby”

Un poco de historia

En 1796 el Conde Juan Tovar compra Hacienda Santa Teresa, la nombra así por su hija, es dedicada al cultivo de la caña de azúcar, café y cacao. En el año de 1814  en plena guerra independentista un grupo de soldados a cargo del General José Tomas Boves pasa por estas tierras devastando todo a su paso, según cuentan,  uno de los soldados  había raptado a una niña de 8 años llamada Panchita Ribas y Palacios  prima hermana de Simón Bolívar, la niña fue comprada y resguardada  por una antigua esclava Juana, hasta el fin de la guerra, ella fue la única sobreviviente de la familia Ribas. En 1818, desde la Hacienda Santa Teresa El Libertador Simón Bolívar hace una proclama en favor de la abolición de la esclavitud, es desde entonces cuando la Hacienda Santa Teresa empieza a formar parte de la historia de nuestro país. En el año de 1830 Panchita Rivas compra la hacienda junto a su esposo  Gustav Julius Vollmer, un aleman que habia llegado a Venezuela desde Hamburgo en busca de oportunidades de negocio, deciden vivir en la hacienda y comienzan la producción de ron. En 1885 Gustavo Vollmer Rivas hijo, es quién moderniza este proyecto de la elaboración del ron cuando manda a traer al país un alambique de cobre de la propia Alemania y barricas de roble Limousin. Ya para el año 1909 la marca Ron Santa Teresa es registrada, convirtiéndose así en la primera marca de ron venezolano.



En el 2003 la hacienda tuvo un intento de robo fallido por parte de un grupo de jóvenes pertenecientes a una banda delictiva. Fueron atrapados y es entonces cuando el Sr. Alberto Vollmer, miembro de la quinta generación a cargo de la hacienda, les da la oportunidad de regenerarse pagando con trabajo su falta. Ese grupo de jóvenes acepta la propuesta y no solo trabaja en la hacienda sino que empiezan a jugar Rugby, comprometiéndose así a cambiar sus vidas; así  nace el Proyecto Alcatraz, proyecto social que continua  rescatando a jóvenes delincuentes pare regenerarlos a través del trabajo. 

Recorriendo la hacienda.







Para conocer la Hacienda Santa Teresa realizamos un paseo en un tren antiguo. De entrada me deslumbro el hermoso paisaje, sus chaguaramos de imponente belleza, recorrimos el cultivo de la caña de azúcar hasta llegar a nuestra primera parada, en donde observamos y escuchamos una reseña sobre el proceso de elaboración del ron. Luego, antes de volver al recorrido, procedimos a probar Ron Santa Teresa Gran Reserva, el más joven de esta línea, con mezclas de rones de 2 a 4 años de envejecimiento. En la segunda parada de este recorrido conocimos los galpones en donde tienen almacenadas las barricas de roble, dentro del galpón me impactó un agradable e intenso aroma a madera el cual me acompañó en el resto del recorrido, allí probamos Ron Santa Teresa Linaje, elaborado con mezclas de rones de 5 a 8 años de envejecimiento. En nuestra tercera parada conocimos la cancha de Rugby, en donde pudimos observar a varios jóvenes jugando, ellos complementan el trabajo con este rudo deporte que según nos comentó nuestro guía les ayuda a trabajar en equipo enseñándoles valores como humildad, estrategia y compañerismo. Aquí mientras nos conversaban acerca del proyecto Social Alcatraz, probamos el tercer ron de esta línea, Selecto, una exquisita mezcla de rones de hasta 10 años de envejecimiento. Continuamos en el recorrido realizando la cuarta y última parada en la bodega, donde se añeja el Ron 1796, elaborado con el método Solera, con mezclas de rones de más de 15 años de envejecimiento y teniendo como base ron madre de 25 años. 






Terminado el recorrido visitamos la tienda de souvenir de la hacienda donde realice algunas compras, entre ellas un Café Arábico Gourmet exquisito que elaboran en la propia hacienda entre otros de sus productos a excelente precio. Luego nos prepararon un almuerzo espectacular, en donde armonizamos nuestra comida con cócteles a base de ron. 



La despedida y el retorno a Caracas dejan en mí no solo la maravillosa experiencia y el conocimiento, sino también las ganas de regresar a este hermoso paraíso en donde se elabora uno de los mejores rones del mundo con sello venezolano. 



Para ustedes, 


Diana Rivero 
















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